martes, 23 de junio de 2015

La oposición realidad - apariencia en Medea de Eurípides

La obra Medea de Eurípides está vista como atrocidad en cualquier época ¿Cómo una madre podría matar a sus hijos? Para realizarlo la protagonista principal miente, engaña, manipula a los otros personajes que caen en su trampa. El hombre es el que queda totalmente destruido al final de la obra por la acción de la mujer.
  
En este ensayo se analizará la oposición realidad – apariencia de Medea de Eurípides.

  Medea al principio de la historia se ve como la desafortunada: se queda sin esposo; sin tierra a donde permanecer. Ella sufre mucho en el momento que analiza su situación y se la ve despechada y sin consuelo. Todo lo contrario le sucede a Jasón, que en ese momento estaba comprometido con una joven princesa (ahora Jasón era parte de la realeza), contaba con una tierra donde vivir y era visto como un héroe. Él era el que se mostraba dominante y distante ante Medea.

“serás expulsada de su territorio a causa de tus palabras sin fundamento. Pero para mí es una cuestión sin importancia.”

  Medea al querer realizar su venganza esconde toda su maldad y su enojo, y se pone en la piel de una mujer sufrida, arrepentida e inferior ante Jasón y Creonte. La hechicera demuestra sus grandes habilidades para la mentira y para actuar en este momento de la obra. Ella busca un poco de piedad de parte de esos hombres para poder quedarse un día más en Corinto y se rebaja muchísimo para ello:

  “¡Ay, desdichada, completamente destruida, ceso de existir! Mis enemigos despliegan la totalidad de sus velas y no hay escape de esta desgracia que resulte fácil de alcanzar.”

  Totalmente distinto a como se la veía cuando comenzó a elaborar su venganza y le contaba al coro sobre su malvada idea, y también sobre el odio que le tiene a Jasón.

  Ante el deseo de toda madre de que sus hijos sanos y salvos se encuentra el deber de tomar venganza en contra de su ex esposo y asesinar a sus propios hijos. Si bien esta malvada hechicera ama a sus hijos, ella sabe que matando a sus hijos, al rey y a la nueva esposa de Jasón, le causará un gran dolor a su ex esposo y este quedara completamente solo.

  Cuando Jasón se entera de la muerte de sus hijos entra desesperadamente al castillo para buscarlos pero no puede encontrar a sus hijos vivos ni muertos, ellos no están allí. En ese momento, Medea aparece en una carrosa arrastrada por dragones y dice tener los cuerpos de sus hijos con ella. Él ruega que se los entregue para poder darles un entierro honorable pero ella se niega y se marcha.

  Con este final se muestra a Jasón destruido y muy dolido, quien estaba en la cima quedo en ruina, al igual que Medea al principio de la historia. Ahora ella se marcha triunfante hacia la tierra de Egeo mientras que Jasón queda solo y dolido. Ahí queda al desnudo la hipocresía y la mentira de Medea para poder llevar a cabo su efectiva venganza.


Eurípides. Medea, Buenos Aires, Biblos, 2007